El sol acariciaba la piel,
un sueño dulce cerraba los parpados,
unos pasos amortiguados por la arena
de un casi niño, cobraba
en carne su odio.
Una punzada de dolor
invadió al mundo,
un vacío oscuro se
instaló en el alma,
el viento se volvió
amenazante,
y lloró a gritos el
agua.
Dejaron las campanas
de tañer,
quedaron
boquiabiertas las gaviotas,
la playa se tiñó de
sangre,
y la vida en un
instante quedó rota
Que poder tendrá el delirio
cuando se arraiga en
las mentes,
que hace que se cometan
locuras,
locuras, que son de
muerte.
SARA-6-015