aquellas casas, con sus paredes blancas
Las calles, donde caminaba la alegría,
Todo cambió cuando llego aquel circo.
Que levantó su gran carpa en la plaza.
Deslumbrando con cantos de sirena,
entre serpentinas y flautas.
Pasen señores, pasen, rezaba un cartel
colocado allí en la entrada.
Verán un elenco de artistas,
haciendo las cosas mas extrañas.
Tenemos charlatanes vendiendo humo,
payasos, que no tienen gracia,
magos, sin nada en las manos,
pero que esconden su avaricia, debajo de la capa.
Fieras llegadas de distintas zonas,
Hienas, chacales, buitres y otras alimañas.
El hombre cañón, disparando fraudes,
envueltos en papel, de plata.
Hoy lloro al contemplar mi pueblo
El circo les dejó la nostalgia de ayer
Y un incierto mañana
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