Tu, siempre, tu.
Te siento en el olor de tu ropa,
que aguarda imposible olvido.
Te siento en la huella de tu almohada,
en las sábanas vacías.
Tu, siempre, tu.
Cuando en los días grises del otoño
vuelvo a pasar por aquel nuestro camino.
Te siento en las piedras que me dicen,
que tú, siempre vas conmigo
Tu, siempre tu.
Te siento en las sombras de la noche,
en la brisa que susurra en la ventana,
que a ti siempre te acompaña.
Yo se que ya no estas, que te has ido,
sin embargo te tengo, cada noche, cada día,
y en ese silencio mudo, siento,
que tu, siempre tu, acompañaras mi vida.
SARA
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