Llovió tanto mil alma con tu ausencia,
que la lluvia anegó mi soledad
dejó sin salida la tristeza
hizo de la noche eternidad.
Continuó su marcha la vida
como sigue al día el anochecer
como sigue al día el anochecer
ignorando que yo me moría
sin poder apagar mi sed.
Mis lágrimas se hicieron río
y fueron a parar al mar,
las acunaron las olas,
se durmieron y no han vuelto a despertar.
Sara-10-016
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