Desde que te fuiste
es desierto mi camino
no hay agua que calme mi sed,
ni sol que me quite el frio,
A veces desando mi vida,
hasta llegar aquel árbol
donde quedó grabado
tú corazón y el mío.
El rumor de la brisa, me trae
aroma de conocidos recuerdos,
se para el tiempo,
vuelves a estar
conmigo.
Hasta que una niebla espesa
lo envuelve, ciega mis ojos,
el reloj sigue su marcha,
y yo vuelvo a tener frio.
.
Desde que te fuiste,
es desierto mi camino.
SARA-12-016
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