jueves, 16 de mayo de 2013

AQUEL PUEBLO HUÉRFANO



Parece que fue ayer, cuando de niña,
me llevaron a un pueblo entre montañas.
Corrí por sus calles, jugué en su plaza.

Parece que fue ayer cuando todo reía,
las gentes, los árboles, sus aguas.
Por la noche, llovían las estrellas,
y los gallos cantaban, en la madrugada.

Hoy he vuelto aquel rincón querido.
Con ilusión y en mi cabeza canas.
Y la sonrisa se me ha muerto en los labios.

Las calles vacías, ventanas cerradas,
solo quedan viejos jugando a las cartas.
Las manos callosas, chaquetas de pana,
la espalda vencida y en  sus ojos tristes,
brilla la desgana.

Se quedaron solos, con sus pocas cabras,
Mientras los arados, en la dura tierra descansan.
Los brazos  jóvenes que los empujaban,
se fueron buscando, distintas mañanas.

Dejaron sus muertos, dejaron  hogares,
solo se llevaron, ilusiones, sueños,
y en los pies, las alpargatas.

He vuelto aquel rincón querido.
He contemplado el río, las montañas,
he visto sombras silenciosas
 ocupando las casas.
El pueblo esta huérfano
Y en mis ojos, rebosan las lágrimas




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