Tardé años en conocerla.
Nunca antes me la habían presentado.
Sabía que existía.
Pero por cosas de la vida,
tardamos en cogernos de la mano.
Pasó mucho tiempo hasta que llegó a mí.
Fue algo etéreo,
que me emocionó, me apresó.
Y supe que la amaba.
Desde entonces está conmigo.
Me miro en sus ojos,
me pierdo en su mirada,
siento la necesidad de estar con ella.
Mi poesía querida,
soy feliz cuando me hablas.
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