martes, 14 de octubre de 2014

ELLA





Ya desde niña su risa sonaba como una música alegre, su cara, de una belleza  extraordinaria, estaba enmarcada por una melena larga y negra, su cuerpo era esbelto como el una diosa griega.

        Sus padres, unos campesinos modestos, colmaron su felicidad el día que completaron la pareja; Antonio y ella eran su alegría, después de tantos días y noches de trabajo.

      Vivian en un pueblo pequeño, pobre,  sobrevivían trabajando la tierra con sus manos.



¿Porqué estás aquí?



    Le preguntó la compañera de celda, que la miraba deslumbrada por su belleza.

     No obtuvo respuesta, ella obsesionada por los recuerdos  pensaba ...¿.Que será de mis padres? A su padre, le veía sentado delante del fuego, callado, con una lágrima a punto de asomar y el alma rota,  a su madre, con la mirada perdida recordando el día que la vio por última vez.



¿Porqué te han encerrado?

       

      La niñez había sido austera, con muchas privaciones, pero alegre, jugando, corriendo por entre los viñedos los sembrados....

    Los años fueron pasando, Antonio trabajaba  el campo con sus manos, pero su mente siempre estaba pensando en sitios desconocidos, donde tendría otras posibilidades. Ella había dejado las muñecas y ayudaba a su madre en la casa



Me he entregado



     Cada día se le hacia más costoso vivir en el pueblo, ella pensaba que la juventud tiene que explorar nuevas cosas, nuevos horizontes y decidió irse. ¡Ojala no lo hubiera hecho!



¿Porqué te has entregado? ¿Que has hecho?



        El pasado, su niñez, sus amigos, sus juegos, sus risas, eran los recuerdos mas bonitos que tenía y  su madre que nunca quiso que se marchara, pero todo eso estaba ahora enterrado.



Por asco de mi misma.



        Salió de su pueblo llegó a la ciudad y la niña- mujer inocente se vio perdida, tuvo que buscarse nuevos caminos, se estrenó de bailarina de conjunto donde tenia que enseñar sus precioso cuerpo  y oír  las cosas mas soeces.



¿Como te llamas?

     

Siempre aparece un hombre  en la vida de toda mujer y este se llamaba Jon, arrogante, chulo, jefe de una banda y ella cayó en sus redes, se enamoró, sabía como era, pero en aquel momento lo prefirió a su vida aburrida del pueblo.



 Felisa García



      Aquel fatal día, enmascarados,  Jon  pistola en  mano, entraron con movimientos precisos se hicieron con un botín en una entidad bancaria,  ella, , temblorosa, también con ellos, como cualquier estúpida enamorada y Jon apretando el gatillo y un policía que cae al suelo muerto.



Yo iba con ellos cuando atracaron el banco.



La compañera se la queda mirando, sin poder creer lo que está oyendo y piensa que algo oculto está detrás de esa confesión, no era muy usual entregarse como lo había hecho ella.



¿Porqué te entregaste? ¿Para cumplir menos pena?



No, no fue por eso, me sentí vendida, manipulada y me vengué de todos , por una razón muy poderosa.



¡El policía que murió era mi hermano!




sábado, 27 de septiembre de 2014

HAY DÍAS





Hay días que me invento tu presencia,
para poder vivir esas horas huérfanas.

Entonces suelto amarras,
y navego por mares  imposibles.
Hay días, que construyo castillos en el aire,
y me siento princesa por un día,
cuando suenan las doce de la noche,
el zapato de cristal, se vuelve zapatilla.
Hay días, que ni amarras ni castillos,
me hacen olvidar tu ausencia,
tú sigues ocupando mis sueños,
y aquella silla vacía.

SARA- 9- 2014                     

domingo, 21 de septiembre de 2014

QUE TENDRIA QUE PASAR





Cuando solo llevas de equipaje los recuerdos.
Cuando has perdido el último tren.
Cuando ir en barca supone remar.
Cuando quieras llorar, no te queden lágrimas,
y tengas que mojar los ojos con la lluvia.
¿Qué tendría que pasar para que la ilusión volviera?

SARA-9 014

MIS LETRAS





Mis letras son hojas de otoño caídas en el papel.
Mariposas que prestan sus colores a mi pluma.
Trozos de espejo  irisados,
que se funden formando palabras.
Mis letras son mi sentir.
Traductoras de mis silencios.
Semilla que no sabe en qué tierra va a caer,
y sin embargo siempre produce frutos.

SARA-9-014

jueves, 11 de septiembre de 2014

DESEOS




El tiempo ha grabado en mi piel las horas de mi vida, con sonrisas y lagrimas se ha forjado mi historia que comenzó en Muskiz donde nací y donde aún sigo viviendo.
Muskiz es un valle, una perla engarzada a los montes que le rodean,  para mí es un oasis, le conozco bien he recorrido sus calles, andado sus caminos  subido a sus montes a lo largo de mi vida.
Está dividido en barrios cada uno con su peculiaridad, que le imprimen  estilo y personalidad.
Vine al mundo en uno de ellos, el Cerro, fue el que me vio nacer, testigo de mis primeros pasos, de mis primeros amores.. hoy después de tantos años sigo recordando el nogal, la fuente, los panales de miel, los camarotes llenos de hierba recién segada, mis juegos, mis amigas, cuando tumbadas bajo la parra contábamos historietas de príncipes y de ranas, hoy no vivo allí pero le llevo siempre en mi corazón grabado a fuego.
En la iglesia San Juan Bautista me bautizaron, hice la comunión, me casé, rezo a mis muertos y quisiera que fuera en esa misma iglesia donde me despidan.
Todo en mi pueblo tiene un cariz especial, la primavera se huele, se palpa en todos los rincones, los árboles se visten con sus mejores galas y las flores tienen todos los colores del arco iris, es como abrir una ventana dejarse empapar de olores, sentir sensaciones de besos, juventud, amor.
He vivido muchas primaveras, hoy me pregunto ¿Qué fui ayer? Ayer también fui primavera, quijote, dulcinea, roca, hoja de árbol perenne, fui madre, fui hogar, creo que  este bagaje es bastante para saber que he vivido, luchado, penado, gozado, a estas alturas de mi vida me sigo preguntando ¿Qué soy hoy? Hoy solo un granito de arena, un papelillo al aire, una gota de agua que va a perderse al mar, a ese mar que ve cuando la tarde languidece, al sol custodiado por algodones,  ocultarse y es su marcha va dejando una alfombra de colores rojos, amarillos, ocres, violeta…sobre el mar va quedando una luz vagamente enrojecida, que perdura hasta que el sol se desvanece por el horizonte.
Quisiera que mi ocaso fuera como esta puesta de sol, serena, callada, donde el horizonte misterioso y lejano me espere y al igual que el sol va dejando una estela de luz en el mar, yo pueda dejar también algo de luz en los que quiero.

  SARA