
Tuviste que dejarlo todo atrás.
con miedo, te marchaste.
Dos rosas, a las que tu, tanto querías,
con lágrimas en los ojos, quedaron.
Te llevaron a un lugar lejano,
donde encontraste, odio, sangre, muerte.
Donde veías, caer con horror y miedo,
segadas por las balas, a la gente.
Cuando al llegar la noche ya cansado,
intentabas dormir, sobre el húmedo, suelo,
y las dos rosas ¡Bendito sueño!
Llegaban hasta ti, para abrazarte.
Luego una explosión te despertaba,
y veías que el sueño, solo era sueño,
el dolor, te desgarraba el alma,
Y volvía el desencanto a ser tu dueño.
Una mañana, oscura y fría,
una rosa, broto sobre tu pecho,
y allí quedaste, en el frió suelo.
Con las tres rosas, una mortal y dos muy lejos.
M e gusta mucho, y soy incapaz de recitarla.
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